"Prefiero una libertad peligrosa a una servidumbre tranquila"Mariano Moreno

viernes, 21 de mayo de 2010

Cómo escribir un discurso en una fecha tan cara para todos y cómo hacer uno que al tiempo que sea crítico desde mi punto de vista, sea también esperanzador desde el punto de vista institucional? Éstas fueron las dos preguntas que rondaron todo el tiempo en mi cabeza antes de comenzar este discurso, pero habíamos aceptado y esto es lo que pude escribir.
Hoy todo el mundo se llena la boca con una palabra considerada, por muchos, como una mala palabra, si es que existen las palabras malas, y ese término es "Revolución", un concepto que a los Argentinos, y creo que también sucede en el resto del mundo algo parecido, trae aparejado sentimientos encontrados. Cuando llegan estas fechas todos hablamos de la Revolución de Mayo, de los revolucionarios patriotas, y  en otras, tantas frases, pero cuando alguien, fuera de este contexto, la menciona, sucita la mirada desaprobadora de propios y extraños por un sin fin de prejuicios que no vienen al caso mencionar, pero a sobre esta palabra girararé mis reflexiones.
Pero situándonos en aquellos tiempos revolucionarios, tiempos en que toda la sociedad se impregnó de un sentimiento antiespañol que en más de una oportunidad terminaba con la feróz golpiza de quienes se denominan los aútenticos argentinos o criollos contra los españoles asentados en nuestras tierras. Pero las grandes preguntas que me hago son ¿Hubo realmente una revolución?¿Quiénes la hicieron? ¿Con qué intereses?¿Independientes de quien?, si, tienen razón son muchos interrogantes, pero si tratamos de responderlas tenemos que indicar que fue un cambio muy tranquilo, en España la monarquía se derrumbaba por su propio peso y aqui aplicamos la famosa frase, un poco cambiada, "a rey muerto, gobierno puesto, o sea aquellos revolucionarios solo corrieron a un virrey y marcaron su intención de no querer seguir bajo un yugo que ya no existía. Los que la protagonizaron fueron la clase más poderosa del momento los militares, la iglesia y los comerciantes que ante esta oportunidad no dudaron en hacerse "cargo" del primer gobierno patrio, todos con un gran interés: quedarse con las jugosas ganancias que el puerto bonaerense generaba y que generaría y con las grandes extensiones de tierra que estaban en manos de los pueblos originarios. 
Pero entre éstos revolucionarios habían quiénes realmente sentían que la revolución debía transmitirse como un verdadero cambio, y entre los más destacados figuran Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli, don José de San Martín, Monteagudo, y otros tantos.
Éstos hombres fijaron su firme postura de fundar esta nueva nación sobre las bases de la justicia, la igualdad y la equidad. Belgrano llegó a postular, ante el asombro de todos, que el gobernante natural del virreynato debería ser un descendiente de un Inca, tal atrevimiento le valió una sútil expulsión del primer gobierno patrio, Cornelio Saavedra y sus cómplices lo enviaron al norte a defender nuestros territorios, lo mismo paso con Mariano Moreno , que viajando a Londres en una misión del primer gobierno murió envenenado, y  así con otros tantos que postularon que las tierras que estaban en manos de unos pocos señores feudales pasaran a distribuirse entre los vecinos más indigentes para que tuvieran la posibilidad de crear su propia fuente de trabajo, otros exigieron que los pueblos originarios sean respetados y que sus territorios fueran los que ocupaban en ese momento... era mucho para aquel grupo que ostentaba el poder y fueron ellos los que encontraron la forma de alejar aquellos pensamientos que iban en contra de la "patria" y cuando se quedaron solos sortearon las tierras más productivas entre ellos mismos, avanzaron en contra de los territorios de los pueblos originarios con campañas sangrientas donde no le perdonaron la vida ni a los más pequeños, fundamentando su posición con la firme intención de "apartar de toda cuestión social americana a los salvajes, por quienes sentimos, sin poderla remediar, una invencible repugnancia", frase famosa perteneciente a quien mucho se lo eleva por encima de estos hombres, por el "maestro de la patria", sí por Domingo Faustino Sarmiento.
Hay que agregar a esto que tanto Belgrano como Mariano Moreno fueron los introductores de los derechos humanos en el Río de la Plata. Moreno tradujo el Contrato Social de Rousseau, en  en cuyo prefacio sienta la famosa máxima “si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada uno no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, ser tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir jamás la tiranía ”, así dedicó su juventud a promover la vigencia de los derechos, pues, como recuerda en sus memorias, el espectáculo de la Revolución Francesa lo había impresionado de tal modo que “veía tiranos dondequiera que los hombres no gozaran de unos derechos que Dios y la Naturaleza les habían concedido”.
San Martín, Alvear y Monteagudo dirigen desde la Logia Lautaro el rumbo político de la Asamblea del Año XIII, cuyos miembros tenían la memoria puesta en los debates de la Asamblea y la Convención francesas, logrando que se decrete la libertad de vientres, la abolición de la Inquisición, la quema de los instrumentos de tortura.
Hay mucho más para decir en conmemoración de tan cara fecha para todos, pero lo principal es que cada uno de nosotros debe sentir la revolución en lo más profundo de su corazón, conviriténdose en verdaderos revolucionarios de la vida, revolucionarios en nuestros lugares de trabajo, revolucionarios en nuestras las aulas, como estudiantes o como futuros profesores, pero revolucionarios trabajando honestamente, revolucionarios estudiando y compartiendo conocimiento, actualizándose, revolucionarios involucrándose en los destinos de nuestra comunidad, buscando el cambio en todos los ámbitos desde nuestras familias hasta nuestros gobiernos; revolucionarios a la hora de elegir a nuestros representantes tratándo de decidirnos entre los que se parezcan, aunque sea un poco, a Manuel Belgrano, a Juan Jose Castelli, a Monteagudo, o a nuestro Libertador General San Martín.
Para terminar tengo que destacar que Mariano Moreno fue un ser humano ejemplar, en cada uno de sus discursos se muestra siempre firme en la búsqueda de una Argentina independiente pues como él mismo decía "prefiero una libertad peligrosa a una servidumbre tranquila" así debemos recordar este bicentenario con la firme convicción que la libertad es el norte que todos debemos buscar y no defraudemos a Belgrano que antes de morir expreso un deseo esperanzador "tal vez mis buenos paisanos, que todavía los hay, trabajarán en remediar sus desgracias”, queda en nosotros pues esa meta, el objetivo de transformar esta patria en una tierra de esperanzas, convirtiéndonos en revolucionarios del amor.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Que mentira. "Prefiero una libertad peligrosa a un sosiego servil" fue una respuesta de un protestante radical emitada por él contra de Rousseau y en contra de su contrato social.

Unknown dijo...

Que quiere decir mariano moreno con su refleccion?
Quiero mas una libertad peligrosa q una servidumbre tranquila...
Q quiere decir con estas frase

Unknown dijo...

Porque dice que es una libertad peligrosa?

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